Origen trastornos adictivos
Podemos definir la adicción como un trastorno mental de carácter crónico, que lleva a quien la padece a determinadas conductas peligrosas o al consumo de ciertas substancias, afectando negativamente a su salud mental y física y perdiendo el control sobre este tipo de conductas a pesar de estas consecuencias negativas. Y generando hacia estas conductas o substancias dependencia, tolerancia y el síndrome de abstinencia.
Está claro es que, algunas personas son mucho más vulnerables que otras a la hora de desarrollar una adicción. Desde las circunstancias personales o la predisposición genética, a otros aspectos como el aislamiento social o las experiencias traumáticas: los trastornos adictivos tienen un origen multifactorial. Lo normal es que existan un conjunto de elementos disparadores de la adicción, con independencia de que hablemos de adicciones a alguna substancia o de adicciones comportamentales y que, mientras determinadas personas pueden tener conductas puntuales o probar ciertas substancias de forma ocasional sin que eso genere en ellas un problema de adicción, hay otras que desarrollan un trastorno adictivo.
Factores de riesgo
Entre los factores que predisponen al desarrollo de algún trastorno adictivo podemos encontrar:
Predisposición genética
La genética juega un papel importante en el desarrollo de las adicciones.
En la actualidad, sabemos que el genoma de un individuo favorece en aproximadamente un 50% al desarrollo de los trastornos adictivos y que existen determinados genes relacionados de forma directa con la adicción a sustancias y que activan algunos mecanismos biológicos relacionados con el metabolismo de dichas sustancias, el sistema de recompensa o el síndrome de abstinencia y que pueden llevar a una persona a convertirse en adicto. En los casos de alcoholismo, se ha demostrado esta predisposición genética mediante numerosos estudios. No obstante, el alcoholismo es una dependencia que se puede tratar, lo recomendado es hacer un tratamiento para la adicción al alcohol especializado.
Experiencias traumáticas
La vivencia de cualquier suceso traumático puede generar gran estrés en la persona y, una incorrecta gestión de ese estrés puede convertirse en factor desencadenante de la adicción, llevando a estas personas a encontrar una vía de escape en el desarrollo de conductas o hábitos nocivos.
Factores psicológicos
Existen multitud de factores psicológicos que pueden hacer que una persona tenga una predisposición mayor a la adicción, desde la falta de motivación u objetivos, a la timidez o inseguridad personal, una mala gestión de las emociones o la falta de habilidades sociales… Lo que está claro es que, los factores psicológicos son primordiales a la hora de que la adicción aparezca.
Influencia del contexto familiar y social
Tanto la familia como el contexto social en el que nos movemos (amistades, trabajo, etc.) son elementos muy a tener en cuenta en lo que se refiere al origen de la adicción.
Un entorno familiar inestable o en el que, previamente, ya exista la adicción y determinadas presiones sociales, como la influencia de las amistades y la necesidad de aceptación, pueden ser claves en el inicio de cualquier conducta adictiva.
Prescripción medica
Por paradójico que pueda parecer, la iniciación en algunas adicciones se produce por la prescripción de ciertos medicamentos por parte de un médico. Por eso es importante no olvidarnos de que ciertos fármacos prescritos conllevan riesgo de adicción, sobre todo cuando son administrados de forma incorrecta, siendo susceptibles de convertirse en posibles drogas de abuso o, al menos, de generar una gran dependencia.
Enfermedad mental
La salud mental es un elemento determinante a la hora de desarrollar una adicción. Existen algunos trastornos o enfermedades mentales que predisponen a la persona a desarrollar también y de manera simultánea, un trastorno adictivo. La comorbilidad de la adicción y de otros trastornos mentales es muy frecuente y en estos casos en los que, ambas, conviven, hablamos de patología dual.
Entre otros, algunos de los trastornos mentales que se asocian habitualmente a comportamientos adictivos encontramos: Depresión, ansiedad, trastornos psicóticos: esquizofrenia y trastorno bipolar, trastorno por estrés post traumático o trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Como vemos, en la aparición de un trastorno adictivo intervienen factores de muy distinta naturaleza, por eso, resulta de vital importancia encontrar una solución efectiva y a tiempo que frene el problema de la adicción.
Suele ser recomendable buscar ayuda profesional especializada para poder recibir un tratamiento adecuado a nuestras circunstancias personales.
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