La Adicción al Crack

De entre todas las sustancias ilícitas calificadas como “duras” que existen en el mercado clandestino, el crack es una de las más agresivas, debido a su carácter adictivo que somete en un dos por tres a la persona que tiene el infortunio de caer en sus redes.

Normalmente se consume en pipas hechas con papel aluminio, pero también en latas de refresco o cerveza, a las que se le abren unos cuantos hoyos a modo de rejilla. Resulta de una preparación cuya base es la cocaína, ese polvo blanco maligno.

El crack es una variante de la cocaína

¿Qué es crack?

Según todo lo anterior, se puede concluir que se trata de una sustancia procedente de la cocaína, pero cuyos efectos son más intensos y más cortos que los del polvo inhalado. El “subidón” es más rápido, por eso los consumidores lo fuman sin parar, una y otra vez para volver a la primera sensación.

El crack es producto de la mezcla de polvo de cocaína y bicarbonato de sodio. Su nombre se deriva de la palabra inglesa que quiere decir agrietarse, por el sonido crepitante que produce cuando hace combustión con un fósforo, un encendedor o también una vela.

Visualmente, son como bolitas o cuadritos blancos, a veces ocre o canela, que dependiendo de la zona del mundo donde se encuentren reciben diferentes denominaciones: “piedra”, “talco” “dama blanca”, “base”, “nariz dulce”, etc.

Lo cierto es que ambas sustancias, tanto la cocaína como su derivado son muy peligrosas. Destruyen familias, relaciones, y quien las consume se convierte en su esclavo.

¿Qué sucede en el organismo cuando se consume crack?

El crack es una sustancia cuyos efectos son muy rápidos y potentes, cuando se da una calada a una piedra la euforia se apodera de las neuronas, en virtud de que llega más pronto al cerebro que la cocaína u otra droga convencional, a excepción de la heroína, pero este ya es otro tema.

El humo diabólico entra en contacto con las células nerviosas del encéfalo en cuestión de segundos, pero el “colocón” se extiende por muy poco tiempo.

Dependiendo de la pureza del material puede durar unos segundos, el peor, y entre 5 y 15 minutos el más duro. Después de entonces, la euforia desaparece, sobreviene el decaimiento, la depresión, y el individuo es llamado a consumir más y más para mantenerla.

Síntomas de su consumo

Las consecuencias físicas y psicológicas más evidentes derivadas del consumo de crack son, además de esa sensación de euforia difícil de olvidar para el adicto, el insomnio, la paranoia, los ataques de pánico recurrentes y sin motivo, las alucinaciones visuales y auditivas, convulsiones inesperadas y frecuentes, episodios psicóticos, problemas cardíacos y una necesidad imperiosa de mantenerse aislado de los demás.

Es una droga eminentemente antisocial.

Es una de las drogas más mortales que existen

Efectos conductuales del consumo de crack

Generalmente, las personas que sucumben ante esta sustancia son individuos que fácilmente pierden sus trabajos, por eso roban frecuentemente, no solo dinero, sino cualquier otro artículo que pueda tener algún valor con tal de proveerse de la sustancia.

Ojo, esto muchas veces no lo hacen porque sean ladrones, sino porque están enfermos y su deseo de consumir los supera.

También, presentan una gran dificultad para concentrarse en las tareas cotidianas y estructurar horarios y, como es de suponer, su relación con el entorno familiar y afectivo se fractura, dejando a la persona en un laberinto mental y físico sin salida.

¿Se puede abandonar una adicción tan dura como la adicción al crack?

Lo primero que se debe tener presente es que la adicción es una enfermedad que no se cura, se controla. Sin embargo, se trata de un trastorno tratable, siempre que la persona se declare impotente ante su problema, en principio.

Diversas investigaciones sobre el tratamiento de este tipo de abusos de drogas han derivado en la creación de métodos comprobados que ayudan sustancialmente a las personas a dejar de consumir y retomar una vida productiva. Este es el proceso de la recuperación.

Los consumidores de cocaína o crack que deciden seguir un tratamiento para dejar esta sustancia y ser quienes alguna vez fueron pueden, con valentía y mucha disposición de por medio, retomar el control de sus vidas.

Por último, si hay una recaída, esto no significa que el tratamiento falló, es algo natural en el proceso de recuperación.

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